miércoles, 10 de junio de 2009

Vengándose de la vida



Leyendo el blog de Maktub, pensaba en los pequeños karmas cotidianos, esas cosas como ir al banco y que te toque la cola que no se mueve nunca, o que el cajero se vaya a almorzar justo cuando te van a atender. Pero como soy jodido, no puedo más que explayarme sobre mi infalible sistema para sentirse mejor, a través de complicarle metódicamente la existencia a los demás. Esto se llama “vénguese de la vida”, y es de mi autoría.

La filosofía basal de mi manera de pensar es que todo en la vida tiene que ser recíproco. No digo justo, sino recíproco, que es distinto. Para hacer el concepto más asequible, explico con ejemplos la enorme diferencia entre justo y recíproco.

Si alguien tiene un problema, pero no tuvo nada que ver con las condiciones que lo desataron, alguien puede pensar que eso es algo injusto. Esa persona sufre un inconveniente por algo en lo que no tuvo participación, y sin motivo aparente se encuentra perjudicada. Hasta ahí vamos bien.

Si alguien es deshonesto, y lo pescan, es justo que sufra las consecuencias. Si un individuo me estafa, es justo que lo sancionen por ello, pues está teniendo un trato injusto para con otro. Correcto, el tema es que cuando no es sancionado, porque evade la pena de algún modo, sólo queda la injusticia que sufre la víctima, pues el victimario sigue indemne.

En la reciprocidad, yo devuelvo al otro lo que el otro me dió, justo o no. Si una persona me brinda un buen trato, le respondo con el mismo trato (casi casi en esa calidad, siempre un poquito menos). Si una persona me provoca un perjuicio, intento devolvérselo, no espero sanción para el causante real del problema, porque no siempre es efectiva, como ya dije.

El tema es que cuando yo sufro un perjuicio, y el otro no ha tenido intención de provocármelo, el concepto de justicia dice que no siempre yo tengo derecho a un resarcimiento, porque quien me complicó la vida hizo lo que consideraba justo, o era su obligación, porque cumplía ordenes de otro, y era ese otro el que provocó la situación abusiva.

Entonces, redondeando: si voy a la cola de un banco, y encuentro 30 clientes y sólo 2 cajas, la persona que cree en la justicia diría que no es correcto que me la agarre con el cajero, porque hace su trabajo y no es su culpa que el banco contrate a dos salames para hacer el trabajo de cuatro. Yo, que soy ferviente seguidor de la reciprocidad como forma de vida, digo que me importa poco quién tiene la culpa, sino quién está frente a mí en el momento de sufrir el perjuicio. O sea, dicho en pocas palabras: le hago la vida imposible al cajero.

Alguno dirá “al final, sos un tipo jodido”. Y si, puede ser, pero como dije antes, muchas veces esgrimimos un reclamo justo, pero no hay sanción para nadie, porque quien nos provoca el perjuicio, no es el causante directo del daño, sino un peón al que mandan al frente mientras tejen estrategias tres cuadros más atrás. Yo no me rompo la cabeza intentando justificar a nadie, voy a lo simple, y me la agarro con el primero que encuentro.

Esto es algo como “si su vida es miserable, comparta su miseria con el resto, y se sentirá mejor”. A veces la clave de la felicidad no es estar bien, sino que nadie esté mejor que vos. Nada más lindo y mediocre que desearle el mal a otro.

6 comentarios:

  1. A veces tengo un instante de lucidez y comprendo que la culpa no es de los cajeros pero ese instante se diluye rápidamente en el aire cuando los miro a los ojos y noto cierta satisfacción en sus miradas, como disfrutando del fastidio nuestro.
    Y ni le cuento cuando veo que disminuyen, de manera absolutamente deliberada, el ritmo de sus manos al imprimir los sellitos de pagado al dorso de las boletas.
    Es ahí cuando siento que el espíritu de Michael Douglas se apodera de mi ser.

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  2. Haciendo un acto de reciprocidad absoluta, pase por tu blog a ver de que se trataba. Devolucion de gentilezas.
    Saludos! Nos leemos
    Una de nosotras

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  3. Maktub: no confunda intervalos lúcidos con intervalos piadosos !

    Ellas: gracias, idem, ya leerán.

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  4. Yo creo que no podrìa hacer lo que llamarìa en principio un delego de maldàt lisa y llanamente porque en situaciones "jodidas" nos toca estar a todos,ò no??

    P.D.:En todo caso yo prefiero agarràrmela con algùn gerente o mejor aùn con el señor de seguridàt dada que gracias a èl vendrà un superior como piña... ¬_¬
    jjajjjajjjajajj

    Asì es la vida,cortita pero jodida!! Quechelevacherrrrrr...

    BESOPS

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  5. vos no estarás charlando mucho con un enano buscarroña delorto que yo conozco no?
    mirá que ese tipo es el show de la mala leche en sí mismo
    cuidate

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  6. Hahahahahahahaha

    Ustedes dos son un hallazgo.

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