martes, 12 de mayo de 2009

La inspiración

Yo me pregunto, casi ofendido, de dónde viene la inspiración para escribir. Aclaro que casi ofendido, porque por momentos se me va la idea que tenía en mente, debo tener algún colador craneal que las deja caer.

Hoy mientras pensaba sobre todos los productos que nos quieren vender diciéndonos que mejoran nuestra salud. Es asombroso ver que necesitamos de todo, sobre todo yogures en todas sus formas, leches, etc. Hasta los productores de azucar proclaman que es una fuente de energía. Bueno, también lo es una pila y no me la como. Además, si le das al azucar terminás con tanta energía acumulada que sos una batería lipídica.

Volviendo a la inspiración, creo que en cierto punto proviene del ocio, o en una de esas no, pero total no es algo que se pueda demostrar, así que a no discutirme o te mando al Rana. Y con el Rana no se jode, a él lo ves una sola vez. Técnicamente, lo podés llegar a ver dos veces, pero ya no lo contás, capisce?

El Rana, mano de obra ávida de tareas, grandote al extremo de tener prohibida la entrada a Canadá, por causar pánico al multiplicarse los avistamientos del Yeti, con una cara que te quita el hipo en fotocarnet, con unas manos como para jugar a la bolita con bochas...

El Rana, prototipo del hampón, pero bien, con códigos, que no le pega a los chicos salvo que lo merezcan, o que le hayan ensuciado el galaxy que ya no usa como remis, por un problemita que tuvo con un pasajero que intentó discutir un camino.

Dicen los relatadores de historias de San Martín (llamado también Saint Marteen por quienes queremos darle abolengo a algo inabolengable) que el Rana tiene varias batallas en su haber, que incluso ha prepoteado y vapuleado a las fuerzas del orden, a barras de clubes, etc. Incluso hay una historia menos confiable (sobre todo por la condición de amante empedernido de la ginebra que tiene el turquito Asam) que ha circulado en algún asado, pasada cierta hora, y en condiciones etílicas difíciles de reconstruir. Esa historia cuenta que un día el Rana discutió con la mujer, y cuando le aplicó un correctivo con pura intención de mostrarle el camino correcto a través del contacto, ella llamó a las fuerzas del orden.

Llegó el patrullero, una camioneta Isuzu hábilmente preparada para funcionar a gas, económica al punto de ser rellenada con encendedores brasileros, tal vez sacrificando un poco la performance a la hora de una persecución. Del móvil descendieron dos esbeltos oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que increparon inmediatamente al Rana, ordenándole que se arroje al piso y deponga la actitud combativa.

El Rana, hombre experimentado, con una alta sensibilidad y una intuición formidable, les respondió: "ustedes dos no son canas, así que mándense a mudar ya mismo, o les meto un coscorrón que no se lo olvidan más".
Los oficiales, sorprendidos, se identificaron, ya con una actitud un poco más activa, incluso agresiva. El Rana insistió:
- Dejame de joder, pelotudo ! Ustedes dos no son canas, dónde está la panza?

Inútil fue el intento de los oficiales de explicarle al Rana que como provenían de la P2 (que no es la propaganda due, sino la Buenos Aires 2, una especie de guardia urbana de Scioli, pero mas atemorizante). El Rana la emprendió a golpes contra los efectivos, que no estaban preparados para recibir semejante agresión.

Tal vez el hecho de golpearlos con un enano de jardín haya sido demasiado, pero fue recién al final, y según nuestro antihéroe, fue porque el enano ese lo tenía podrido y tanto lo jodió la mujer con ponerlo en el jardín que al final ahora a él le quedaba a mano.

La historia nada dice sobre el paradero del móvil policial, tal vez en algún asado se deslizó que fue a parar a un desarmadero, y que fue la primera vez que desarman un auto en 10 minutos, un poquito presionados por la presencia de nuestro Conan autóctono, que al grito de "metele que son pasteles" arengaba a los muchachos a cortar el vehículo con más velocidad.

En fin, tampoco se le puede creer tanto al turquito Asam porque, como dijo Gimenez un día, falta que el Rana lo haya afanado a Rambo también. Asam, creo yo que herido en su credibilidad y honor, contesta siempre a esta acusación con un "y vos qué sabés?".

En fin, mejor estar bien con el Rana, porque aunque tenga códigos, es humano y a veces se deja llevar por las emociones.


5 comentarios:

  1. que tal.. pasaba a saludarte
    te dejo un fuerte abrazo enorme
    lindo día..!

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  2. Gracias Alek, muy amable por pasar y saludar !

    Bonito día para usted también !

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  3. Que loko no?
    Allek nos visitó a los dos y nos dijo lo mismo!!! copy-paste le dicen no?
    Che, a propósito, el Rana no es tu amigo el patovica? Ese que los salva a todos de las trifulcas callejeras?

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  4. Shhhhh no nombres !! A ver si nos viene a buscar ! The Frog is a tough guy from Saint Marteen (the Frog doesn´t speak english, thank god).

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