lunes, 25 de octubre de 2010

Recordatorio

El temita de Fibertel cómo sigue? Se acortan los plazos y no escuché ningún plan de contingencia de parte del gobierno, lo cual no me asombra, pero me preocupa.

jueves, 21 de octubre de 2010

Homenaje


Se llamaba Hipólito Bouchard, tenía aparentemente unos dos años, era tranquilo, chiquito, sólido, lleno de vida, o no tanto, y vivía conmigo. De vez en cuando lo sacaba al balcón para que mire un poco para afuera, así conocía los colectivos, los punks y la patineta. Alguna vez me olvidé de invitarlo a entrar, y se quedó un día entero ahí, tal vez chupando frío, quién lo sabrá sino él...

Lo único vivo que tuve conmigo en mi departamento de soltero fue a don Hipólito, y feneció de causas que presumo naturales, porque nada más natural que te mate el clima. Ojo, si me pongo a hilar fino, un rayo es parte de la naturaleza pero si le ponemos "causas naturales" en el certificado de defunción sería una mentirilla. Sería lo correcto hablar de "achicharramiento eléctrico", digamos.

Volviendo al tema en cuestión, don Hipólito me dejó hace años, víctima de mi desidia, negligencia, y desorden. Tal vez no aguantó el cambio de clima, de su pueblo natal a esta ciudad tan enviciada, no lo sabré jamás.

Hoy mi amigo Adrián me recordó que estuvo en el pueblo y vió al progenitor de Hipólito, a quien yo ya había visto hace un mes, más o menos. Conversamos, pero no tuve el coraje de contarle que Bouchard ya no estaba entre nosotros, él tampoco preguntó, así que este nuevo recordatorio me hizo escribir y desearle que descanse en verdes prados, sin herbívoros cercanos, con humedad, calorcito, luz, y lo que sea que un bonsai necesite.

Honores al difunto, requiescat in pacem, et lux perpetua luceat ei.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Para qué hacer un raconto de todo lo que pasó mientras no escribí? Para niente, porque pasó igual.

Leyendo a Mafalda en el baño, recordé la frase "en este país nadie quiere trabajar" , y creo que se aplica perfectamente. Uno de nuestros mejores empleados, cansado de que la mujer lo enferme con sus celos, pensando que está de joda cuando en realidad el tipo está de sol a sol trabajando, decidió "mandar todo a la mierda" (J. dixit) y quedarse en la casa. Le pregunté qué iba a hacer, y me dijo "nada, sentarme a ver tele hasta que se acabe la guita, y ahí no me va a pedir más porque no tengo".
Le saltó la térmica, es evidente, tal vez podría haber ocurrido de otra manera, o peor, a los escopetazos por la casa como el famoso odontólogo, o como un simple fantasma que desaparece de la casa, pero no, el tipo decidió sentarse y ver el derrumbe en primera fila.
La historia no terminó con eso, viendo la esposa que el numerario se agotaba, se le ocurrió conversar con unos vecinos, y la solución llegó desde los cielos, o desde la esquina, no lo se. Como estaban "juntados", recibieron un Plan Trabajar (o algo similar) cada uno, y otro para la hija mayor. Y así vivió el tipo durante ocho meses, de la teta del Estado, que lo único que hizo fue perjudicarlo más, porque ahora nadie hacía nada en la casa, la hija dejó su trabajo y también se fue al sofá a ver tele.

J. terminó volviendo a la empresa, se sentó y me contó que volvía porque el dinero ya no le alcanzaba, gracias a que el Estado no le había otorgado un aumento, y las cosas sí habían aumentado.

Clásico ejemplo de lo que no se debe hacer. Ahora el tipo tiene un cargo inferior, gana menos porque su posición ya fue cubierta, y se patinó los pocos ahorros que tenía.

Yo me pregunto, y lo comparto con quien quiera leerlo: cuándo vamos a aprender?